La destacada banda de Vitoria-Gasteiz se presentará nuevamente en Chile vía Sabotaje Rock, tras cuatro años de ausencia, trayendo uno de los espectáculos más atractivos de este 2019.
¿Cuál podría ser la esencia de la música de Cronos debe morir? Tal vez la encontramos en una frase que la agrupación transmite: “A veces, las ideas en la música surgen de forma espontánea, y se escriben y desarrollan rápidamente. En otros casos se transforman en hechos explícitos de comunicación y la experiencia cambia completamente.” Muchas de las propuestas “independientes” que llegan a la radio, salas de conciertos e incluso pasquines, se mueven en el terreno de lo seguro; pues atienden a géneros preestablecidos. Ese miedo se llama racionalidad y fue contra lo que luchó Cronos debe morir, entre otras agrupaciones, desde temprano.
Puede que haya muchas bandas en un sonido similar -quizás no-, sobre todo si nos remontamos al skate, punk melódico e incluso al Pop-punk. No es extraño encontrarse con un imitador, sobre un imitador, de otro imitador. No vamos a subestimar al auditor, pues, puede captar esto en lo que oye – o- usar la visión imprecisa propia de la miopía, disfrazada de apoyemos algo simplemente por el hecho de ser local. Para nuestra fortuna, Cronos, probó ser la excepción. Es donde nos encontramos con el pensamiento, o una especie de borrador. En que no solo el músico, sino el oyente, intuyen y vuelven a sentir que en éste desafío, la música independiente; no se puede dar el lujo de perder.
Hermes Domínguez Vásquez / Fotografías Fabián Vargas
16 de abril de 2015, fecha que marcó un antes y un después en la escena punk chilena contemporánea, tras el fallecimiento de cinco personas que acudían al concierto que la banda inglesa Doom ofreció en el ya extinto centro de eventos Santa Filomena. A esto se suman los casos aislados que se han desatado en distintos shows, como el apuñalamiento a un asistente en el Punk Rock Festival del mismo año o el ataque con botellas de vidrio a la voz histórica de los Sex Pistols, John Lydon, cuando se presentaba con su banda PublicImageLimited, en agosto del 2016 en Blondie.
De ahí en más, las autoridades han puesto cierta resistencia a la realización de conciertos ligados al punk y otros ritmos afines. En este contexto, Mauricio Miño, vocalista de la banda ska Sonora de Llegar analiza junto a UAMGZN las complicaciones de una escena que, históricamente, ha debido sortear escollos para salir adelante.Read More
Por Hérmes Domínguez / Fotos @brownn_eve
Los fanáticos del hardcore punk se dejaron querer este 2017. El año que comienza a despedirse dejó en evidencia la importancia que está tomando la escena nacional, y lo considerada que está siendo fuera de Chile. Sin ir más lejos, presenciamos grandes espectáculos, como el de los suecos Satanic Surfers, los californianos Face to Face e Ignite, los nacionales de Fuerza de Voluntad y, recientemente, a los argentinos de Eterna Inocencia.
Pero aún quedaba una carta bajo la manga, pues el martes 5 de diciembre se presentó en el Domo San Diego la banda Strung Out. El quinteto estadounidense -cuarteto debido a problemas familiares de Jake Kiley- tocó en el galpón ubicado en la icónica calle de Santiago Centro con un sabor a revancha en la boca. Si nos remontamos años atrás, la banda canceló su gira latinomaericana por problemas de vuelos, desmintiendo categóricamente un conflicto entre Jordan Burn y Jason Cruz. Para colmo, el año pasado no la pasaron bien en el Festival Bowlzilla de Ritoque, donde tocaron ante un escaso y pasivo público.
No parece haber pasado tanto tiempo desde que un grupo de amigos, en torno a la Okupa la R de La Serena, se juntaron a tocar hardcore punk. Sin embargo, ya son 20 años que Desorden Masivo posicionó en la escena, transformándose en una de las bandas más emblemáticas de la IV Región.